Monday, October 31, 2016
Muerte de Abeja, en manos de la Fiscalía
Este lunes a las 8:00 a.m. en la Inspección de Policía de Sesquilé fue interpuesta la demanda contra Ismael Jiménez por la muerte de la perrita de propiedad de la familia Torres Arcos.
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Contrario a lo que muestran los videos
captados por una cámara de vigilancia
privada, Jiménez aseguró que no actuó
de mala fe.
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El caso de Abeja pasará a manos de la Fiscalía de Sesquilé, tras la
denuncia interpuesta por Luis Torres, propietario de la mascota, contra Ismael
Jiménez, habitante de la vereda Gobernador, que aseguró que al momento de
conducir por la carrera 3ª entre calles 5a y 6ª, no se percató de la presencia
de la perrita porque le prestaba atención a una niña que llevaba en el vehículo.
Tal vez nadie contaba con que justo en ese lugar hubiera cámaras de
vigilancia privadas, por lo Jiménez, acompañado por su apoderado, alegó que
tampoco se detuvo al momento del golpe porque sintió temor y nervios por lo que
le pudiera ocurrir. Agregó que frenó “metros más adelante”, aunque
aparentemente el video no favorece su versión, como tampoco los testimonios de
vecinos como las señoritas Elsa y Magdalena Latorre, que salieron con prontitud
al escuchar el alarido de Abeja, la perrita que durante años les “ayudaba a
cuidar la cuadra a cambio de alimento”.
“Uno de los vecinos le gritó que se detuviera y no paró. Ni siquiera
se detuvo para constatar lo sucedido”, expresó Sandra Repizo, otra de las dolientes
del vecindario.
En favor de Jiménez, el apoderado argumentó que se trató de un
accidente, sin mala fe y le recordó al doliente que los animales deben salir
con su respectiva correa y bozal.
Torres, visiblemente afectado por la tragedia de su mascota, reclamó
un precedente por encima de una reparación económica por lo que el caso será
remitido este martes a la seccional de la Fiscalía en
Sesquilé.
Los hechos
Abeja agonizó por unos diez minutos, acompañada por los vecinos de la
cuadra, y resistió hasta que llegó el veterinario Jairo Moncada, pero su muerte
fue inminente tras las fracturas múltiples del paso de las dos llantas del
vehículo de placas IUZ 101.
El hecho ocurrió a las 11:52 de la mañana del domingo, 30 de octubre
y fue difundido rápidamente gracias a las cámaras de seguridad de la vivienda de Adriana
Marcela Patiño.
El caso que indignó a los defensores sesquileños
de los animales fue replicado este lunes por los noticieros nacionales.
El caso de Abeja pone también en evidencia la falta de control de las
mascotas en el Municipio. A simple vista ha crecido el número de perros que
deambulan por las calles, aparentemente todos con propietario, pero sin ningún
tipo de cuidado o control Igual sucede con los gatos que en horas nocturnas
retumban en los tejados de las viviendas, causando incomodidad e incluso
estragos.
Los funcionarios del Municipio aseguran que se han realizado
campañas de vacunación en el Parque Principal, pero para lograr la responsabilidad de los dueños y cambiar la costumbre entre los pobladores quizás se requiera más que eso, incluso un censo de animales abandonados y, ojalá, un albergue para ellos.
Sin saberlo usted podría ser penalizado si posee algún animal
exótico en cautiverio, o si mantiene a su mascota a la intemperie, sin
alimento, sin agua o en cualquier condición que atente contra su salud.
Igualmente si el animal presenta lesiones, es sometido a cargas pesadas, abuso
físico, sexual o de sevicia. Las condenas van de uno a 36 meses de cárcel y
multas de 5 a 60 salarios mmlv.
Ley contra el maltrato animal
La Ley 1774 del 6 de enero de 2016 por fin reconoció a los demás
organismos del reino animal como seres con sistema nervioso que sienten, como
lo determinó la Declaración Universal de los Derechos de los Animales de la
Unesco desde 1978.
En busca de una verdadera civilización, esta Ley busca erradicar en
el país todo tipo de conducta humana que haga daño a los animales con multas
económicas y hasta pena de prisión en circunstancia graves como podría ser el
caso de Abeja y que solo un juez determinará en su momento.
El primer presente ocurrió en Cali, con la captura y judicialización
de un joven de 18 años que mató a un perico y a un gallo.