Garabatos

Mayo 21. Llegó a Sesquilé en 1982 invitado por los De Narváez para comprar una finca y se enamoró de la población. Jaime Nieto Sánchez nació en Zipaquirá el 6 de marzo de 1930, fue oficial de la Armada Nacional desde 1954, en la que portaba al grado de Capitán a su temprano retiro en 1968.
Trabajando en las Minas de Oro de Marmato conoció a María Ilse Mejía con quien contrajo matrimonio el 2 de diciembre de 1967 en Medellín, y quien desde entonces lo apoyó en sus labores: como constructor, dejó como legado para el engrandecimiento de la arquitectura de la vereda Gobernador en Sesquilé, las fincas: La Trinidad (1982), Toscana (1985), El Mirador (1996), El Cedro, y Casa Blanca (1992), ésta última la más admirada por propios y turistas.
Contaba apasionado historias sobre los combates de orden público como aquel en Ronsesvalles, Tolima, del que salió vivo de milagro. Fue su “bautismo de sangre”. Laboró en la Embajada Norteamericana, fue comerciante de muebles, tuvo un restaurante a la entrada a Sesquilé llamado Montana, coleccionaba piedras extrañas de la cual le dio una muestra a la NASA y pertenecía a la Asociación de Oficiales en Retiro (ACORE).
En el anuario publicado en 2004 con motivo de las Bodas de Plata de su curso “Antonia Santos Plata” de la Armada lo destacaron por su “cuerda locura” de la cual hacía gala siendo “el más trasteado del mundo” al haber vivido en Lima, Perú; en 7 municipios de Antioquia; en 3 de Cauca; en 3 de Caldas; en Salento, Quindío; en 5 de Santander; en 2 de Nte. de Santander; en La Uvita, Boyacá, en 11 barrios de Bogotá y en 2 municipios de Cundinamarca entre ellos Sesquilé en donde quiso vivir sus últimos años y también morir.
En las exequias, efectuadas con honores militares en el Cantón Norte de Bogotá, su esposa Ilse recibió el Pabellón Nacional de manos del Comandante de la Armada.