Saturday, June 02, 2007

 

Chespírito en Guatavita, ¡Una experiencia F-ormidable!


Más de 50 mil personas hacían fila para ingresar a la 20ª Feria del Libro para conocer a Chespírito y sólo mil tuvimos la fortuna de entrar al auditorio. Su aparición en el escenario fue apoteósica, el público emocionado aplaudió de pie durante largos minutos. Ante nosotros estaba no sólo Chespírito sino también el Chavo, Chaparrón, Chómpiras, el Dr. Chapatín, Chambón, Chanfle y por supuesto el Chapulín Colorado; y a su lado su fiel compañera doña Florinda, la misma Popis y la afinadísima Chimoltrufia, personajes que hemos vistos desde niños y me consta de dos personas mayores de 90 años en Sesquilé a las que les encantan.
En su encuentro con el público de casi tres horas, Chespírito recordó que la anécdota más emotiva que ha tenido en toda su vida, a lo largo de los muchos lugares que ha recorrido fue precisamente en Colombia, y sucedió en Guatavita:
En su visita a Bogotá en 1982 con motivo de la invitación a la caminata de la Solidaridad por Colombia, en un día de descanso todo el elenco viajó a conocer el famoso pueblo nuevo de Guatavita; al llegar muchas personas de diferentes edades se acercaron a las ventanillas del autobús, entre ellos un niño que vendía tallas de madera al ver a Roberto quedó totalmente impresionado y sacando de su pecho un pequeño Chavo de madera, como si fuera su escapulario, le dijo: “Aquí te traigo”. Chespírito emocionado se lo quiso comprar más el niño se lo regaló sin recibir el dinero. Lo mismo hicieron los otros niños con el resto del elenco. Los artistas conmovidos con el gesto de desprendimiento de esos niños que seguramente tenían la talla de madera como sustento, tuvieron que convencerlos de que aceptaran el dinero. Era prácticamente el reflejo del Chavo pobre que en Navidad regala el único juguete que el Sr. Barriga le obsequia.
Al final de la charla, que duró casi tres horas, sólo quienes tenían el libro de sus memorias podían pasar a su lado para el recuerdo fotográfico. Con el libro agotado era imposible hasta que, como un milagro, un hombre de los que se quedó por fuera me pidió que se lo hiciera firmar y ese fue mi boleto para subir al escenario. Estando allí le hice entrega del recordatorio de Sesquilé y logré que él y doña Florinda me autografiaran una garabateada de la vecindad del Chavo. Sólo quienes son admiradores de estos personajes pueden imaginar la emoción de estar a su lado. Por eso digo que la experiencia de haber conocido a Chespírito fue realmente F-ormidable!

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