Garabatos

Una tarde de comienzos de diciembre, buscando piedras para decorar el pesebre, sobre una carretera cercana a su casa en la vereda Nescuatá - La Villa, el joven Oscar Alejandro Latorre Rodríguez, de 15 años, vio un destello proveniente de un cascajo. Lo recogió y lo llevó a su casa en donde notó una figura blanca que se destacaba en el centro y otras dos a los lados. De inmediato su familia reconoció lo particular de la laja y la colocó en el pesebre. Inocentemente Oscar demarcó con una puntilla las figuras que veía para hacerlas más notorias, como lo hace con muchas otras en las que plasma paisajes y dibujos. Vecinos y conocidos han llegado a ver la piedra, sacando sus propias conclusiones: unos ven a la Virgen, otros a los Reyes Magos… usted que ve?

Casualmente el hecho se produce 30 años después de que en similares circunstancias y por la misma época se le revelara a María de Lozano, en dos pequeñas piedras la imagen del Divino Niño y el rostro de la Virgen, que según ella, han hecho milagros a varias personas que han ido a pedir gracias. (espere más sobre este tema en la edición del mes de abril)