Saturday, November 30, 2013

 

Murió el testigo de los sepelios


Noviembre 27. Nadie le puso nombre, nadie lo cuidó. Hasta sus últimos días permaneció erguido, frondoso.
El árbol del camino al Cementerio presenció los sepelios de décadas, infinidad de dolientes desfilaron por su lado, lamentos se elevaron por sus ramas, miles de lágrimas tocaron sus raíces.
Durante años permaneció rodeado de pastos, arrullado por la Quebrada del Pueblo, consentido por reses y rebaños.
Con el paso del tiempo y de los féretros presenció la pavimentación de la vía, la canalización de la Quebrada, la construcción del barrio Pablo Muñoz, del Colegio Cooperativo, de la urbanización que le rindió homenaje: Pinares de Sesquilé.

57 años
Según Eduardo Acosta Contreras este árbol fue el único que sobrevivió de muchos sembrados por él y sus compañeros de escuela el 12 de octubre de 1956 a lo largo de ese camino.
Este ciprés Cupressus” provino del vivero que tenía en esa época la Secretaría de Agricultura Departamental en el lugar que hoy ocupa el Salón Cultural.

Riesgo
Según el reporte del Cuerpo de Bomberos Voluntarios la decisión fue tomada por el Consejo Municipal para la Gestión del Riesgo, luego de hacer los estudios pertinentes ante las peticiones de la comunidad de la urbanización por el riesgo de caída sobre algunas de esas casas y los problemas con las líneas de energía eléctrica.
El Equipo de Intervención Rápida de los Bomberos fue el encargado de acordonar la zona para proceder a su tala.

Fotos del Cuerpo de Bomberos


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